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Los sistemas de embrague electromagnético cuentan con una corona de acero y un disco que se encuentra unido al sistema de transmisión. Dentro de la corona de acero se puede encontrar una bobina, la cual generará un campo magnético entre la corona y el disco, gracias al paso de una corriente eléctrica. Este campo magnético generado, hace que se acumule polvo magnético, provocando que el espacio que hay dentro de la corona se llene y permitiendo que se produzca el acoplamiento entre ella y el disco estriado. De esta forma es como se consigue que se transmita el par.